Diseñaron una manga gracias a la cual pueden abrazarlos desde el exterior, sin tener contacto directo. Surgió porque por el aislamiento, los ancianos estaban demasiado tristes.
La dueña del hogar «Reminiscencia», de Tandil, decidió poner en marcha una idea que ya funciona en algunos geriátricos españoles: una manga plástica que permite que dos personas se abracen sin entrar en contacto directo. Colocado en la puerta de la residencia desde el último fin de semana, el dispositivo recibió una gran aprobación.
Es que con la prolongación de la cuarentena, se volvió cada vez más difícil tranquilizar a los ancianos, quienes desconfían de la información que se les brinda y ya no responden de la misma manera a las actividades recreativas y deportivas propuestas por los miembros del espacio.
“La tecnología para ellos es algo muy lejano. Hay abuelas de 102 años, de 98, de 80, es gente muy grande. No entienden que en un teléfono se pueda ver a la persona, a la edad que tienen van perdiendo la vista y el oído. Entonces no reconocían las voces de sus familiares por teléfono, por ejemplo”, explicó al medio local El Eco la propietaria del lugar, Anahí Soulié.
Y agregó: “A medida que iba pasando esto, vi que una abuela ya no comía, hacía dos días que se negaba a comer. Le pregunté qué le pasaba y me dijo que extrañaba a su hija, entonces se me ocurrió esta idea”.
Para hacer realidad la iniciativa, la mujer hizo cálculos con ayuda del encargado de mantenimiento hasta que logró colocarlo el último sábado. Según aclaró, el dispositivo no permite la entrada de aire, es doblemente impermeable y su uso se ordena a través de WhatsApp, con turnos espaciados.
“Se organizó todo muy bien, nunca hay multitud de gente, y yo les dije que si ven a alguien en la manga, que se queden en el auto y esperen a que se vaya el otro. Los familiares están muy agradecidos. Para mí fue una alegría muy grande ver esas caras, cómo lloraban y se emocionaban. Eso me llena el corazón”, expresó la impulsora de la idea. (Entrelíneas)