El hecho ocurrió en la madrugada del sábado y en las últimas horas sus dueños tomaron la decisión de cerrar sus puertas definitivamente.
Se trata de la sucursal de la pollería «Granja Don Francisco» ubicada en Avenida Saenz Peña entre Magdalena de Fait y Victor Manuel de la localidad bonaerense de Brandsen: «no podemos volver a reponer, somos gente laburadora» dijeron sus dueños. El delincuente estuvo cerca de 45 minutos dentro del local.
«Llegué a trabajar como todos los días a las 8 de la mañana y cuando abro me encuentro con que me habían revuelto todo, tenía todo tirado. Le digo a mi esposa ‘vamos para afuera, nos robaron‘. Se llevaron la balanza, quesos, muzzarella, me vaciaron las heladeras, los estantes. Calculamos que se llevaron un monto cercano a los 80 mil pesos en mercadería» contó su propietario Maximiliano de Rose a detrasdelanoticia.com.ar
«Reviso las cámaras de seguridad de mi vecino de enfrente y se observa que entre 3:20 y 3:25 de la madrugada ingresa un sujeto y sale por primera vez del local a las 4:09. Estuvo más de 45 minutos adentro. Cinco minutos mas tarde vuelve a ingresar para llevarse lo que tenía preparado. Para entrar rompió los garrotes del ventiluz del baño» siguió «Es mucho dinero, si yo tuviese que reponer todo esto no podría, me desvalijó el local. Debía una boleta a un proveedor de 16 mil pesos, y no era ni un cuarto de lo que se llevó. Somos personas laburantes que trabajan contrafactura, cómo hago para pagar si lo que yo tenía para vender me lo robaron. La remamos toda la cuarentena, así como lo hicieron los demás comerciantes, fue muy difícil. Tengo que pagar alquiler, luz etc. La verdad que me dejaron en pausa, me dejaron muy mal. La decisión que hemos tomado con mi señora fue cerrar la sucursal y ver la situación para más adelante, hacer algo diferente o lo mismo, pero hoy me siento muy golpeado» refirió el comerciante entre lágrimas.
Por último destacó y agradeció el gesto que tuvo un colega suyo ante la difícil situación que atraviesa: » estoy eternamente agradecido con Nicolás Neyra, el comerciante de la esquina que sin dudarlo se acercó, y me dijo ‘venís a mi local y lleva lo que necesites, levanta las persianas y déjate de joder’ se me caían las lagrimas. Pero no acepté porque no quiero enterrarme más, no se como voy a salir después. Si me decís que es un negocio que factura fortuna, si, pero la verdad que la veníamos remando como todo comerciante de Brandsen. Esta dura la mano, difícil para que vengan y te saquen todo como lo hicieron» concluyó.
(Fuente: DLN)