Recuerdo, entre tantos actos que organizó en su vida, hace pocos
años, realizó un festival a beneficio de la Escuela nº 11 de Sol de
mayo.
Organizado por los ex alumnos Zulma Cretón y Roberto Luis
Parodi. Colmaron las instalaciones vecinos, egresados y público en
general.
Animaron la reunión: Carlos Gabotto, Agustín Loto, Lázaro
Aristegui, Tito Ale y su orquesta y el guitarrista Daniel Monroy.
Recitados gauchescos, relato de anécdotas y música entretuvieron
al público, que cuando se presentó el Payador Roberto Parodi,
(numero central) estalló en aplausos, porque entreveía momentos
de emoción.
El Payador se extendió en dos recitados previos, de su autoría, como lo
señaló, haciendo gala de su expresiva condición de autor repentista en los
que recordó tiempos de la Escuela, vecinos, maestros y hasta evocó
personajes de la zona por su nombre, apellido y hasta el pelaje de sus
montados.
En el momento culmine de su homenaje a la Escuela, hizo temblar hasta
la tierra, emocionando a ex alumnos y público en general. Señaló que esa
etapa de su vida le sirvió para graduarse como payador que se ganó en la
calle, donde juntó infinidad de amigos. Nunca vivió de ello, sino que lo
hizo trabajando, sirviendo de ejemplo. Querido por todos, ya que, como
miembro de una sociedad, con todos le gustaba tratarse.
En el momento culmine de su homenaje a la Escuela, hizo temblar
hasta la tierra, emocionando a ex alumnos y público en general.
Señaló que esa etapa de su vida le sirvió para graduarse como
payador que se ganó en la calle, donde juntó infinidad de amigos.
Nunca vivió de ello, sino que lo hizo trabajando, sirviendo de
ejemplo. Querido por todos, ya que, como miembro de una
sociedad, con todos le gustaba tratarse.
Exaltó los valores de la vida, de la educación, de la tradición y del
trabajo. Emocionando y emocionado, terminó sus estrofas
dedicadas a la Escuela de Sol de Mayo frente a un público que
obtuvo de él un momento inolvidable.
Es de destacar que el payador Roberto Parodi, en la cumbre de su
carrera, decidió rendir un homenaje de agradecimiento, no a la
fama ni al dinero, sino a su primera Escuela.
Hombres como él, mantienen viva la esencia de un ser nacional
auténtico con altos valores culturales. Por esto es que lo puedo
calificar como “un criollo entero”.
Resta decir que si el periodismo escrito tiene una vida efímera
como la del periódico, que al día siguiente se usa para menesteres
diversos. El repentismo o arte payadoril, pasado el momento,
queda como el recuerdo de un instante intenso. Así guardaremos
en nuestra memoria este momento, como muchos otros, generado
por nuestro Payador local, Don Roberto Luis Parodi, al que mucho
aprecio, que con tan emocionantes versos, a través de tantos años,
se ha ganado un lugar en la historia local.
En la semana del payador, Don Roberto Parodi, abrazó la guitarra y
partió a cantarle al Supremo.
Luis Augusto Raffo