
Renato Nicolini, de 18 años, murió luego de que se le suministrara Fentanilo del laboratorio HLB Pharma en el Hospital Italiano de La Plata – Oriundo de nuestra ciudad, ingresó al nosocomio de Chascomús con un traumatismo de cráneo, pero fue derivado y falleció a causa de una neumonía producida por la contaminación de la droga que se le administró
Por Pablo Benito
Renato es una de las 54 víctimas fatales –conocidas-. Víctima de un sistema sanitario en crisis, cruzado por las mafias de laboratorios y droguerías, la permeabilidad de los organismos de control a intereses políticos, del crimen organizado y de un Estado, en todos sus niveles.
En la era de la hiper informatización del control de trazabilidad, aún no se ha podido determinar el recorrido del Fentanilo contaminado en 14 provincias argentinas y se desconoce el destino de miles de ampollas mortales.
El diario El Litoral, dialogó con Sol Francese, mamá de Renato quien es querellante en la causa que se desarrolla en los tribunales federales de La Plata y que tiene a su cargo el Dr. Ernesto Kreplak, hermano del Ministro de Salud bonaerense, Nicolás Kreplak.
-¿Por qué llega Renato al Hospital Italiano de La Plata?
-Renato ingresó conectado a un respirador. Desde el primer minuto, se le administró fentanilo por indicación médica. Al principio, los problemas que tuvo no tenían que ver con su situación de base, sino con una infección ajena.
-¿Cuándo comenzaron a notar que algo no estaba bien?
-Al tercer día de estar internado en terapia, Renato empezó a tener fiebre. Nos dijeron que era por una neumonía causada por una bacteria intrahospitalaria. Yo soy licenciada en enfermería, así que conozco del tema. Me resultó raro que fuera una neumonía producto de la ventilación, que era asistida. Pedí explicaciones sobre qué bacteria era o si se trataba de una infección que ya tenía antes y me reconocieron que no
-¿En qué momento descubren que había un problema con el fentanilo que se le suministraba?
-El 29 de mayo a la noche nos enteramos que estaban haciendo una investigación interna. Ahí nos dijeron que el fentanilo estaba contaminado y que eso era lo que producía las neumonías. Nunca nos habían informado de qué bacterias se trataba. Más adelante supe que una de ellas no es intrahospitalaria, sino intrafarmacéutica. Las dos bacterias eran súper resistentes a cualquier antibiótico.
-¿Eso fue lo que agravó la salud de Renato?
-Sí. Esas bacterias fueron lo que empeoró su cuadro. La neumonía derivó en una meningitis porque las bacterias pasaron al torrente sanguíneo. Eso complicó todo.
-¿En algún momento el hospital les avisó de estos riesgos?
-No. Me enteré por el hijo de otro paciente lo que estaba pasando con el fentanilo contaminado. Desde la dirección del hospital nunca nos avisaron. Cuando pedimos una reunión con el director, nos dijo que Renato había ingresado con muerte cerebral y que, de todas maneras, se iba a morir. Pero eso no era cierto.
-¿Cómo te sentiste al escuchar que te decían que tu hijo había llegado con muerte cerebral?
-Fue terrible. Me estaban mintiendo. Yo sé que no podés tomar eso como algo menor. La muerte cerebral es irreversible, es muerte directa. Y mi hijo estuvo diez días en terapia. Soy madre, como tantas otras personas, ejerciendo 24/7, y de repente te encontras en esta situación, arrastrando un dolor inmenso.
-En estos meses han aparecido más casos. ¿Qué sabés sobre la cantidad de víctimas?
-Oficialmente, el Hospital Italiano denunció que hubo 18 pacientes afectados: 13 que estaban graves pero vivos y 15 fallecidos. Pero después empezaron a surgir casos de personas fallecidas que el hospital no había denunciado. Me pregunto si con 300.000 ampollas distribuidas en todo el país, realmente el problema se limitaba a un solo sanatorio o si hay muchos más casos de los que no tenemos noticia.
-¿Qué creés que deberían haber hecho las autoridades de salud?
-Los hospitales tendrían que haber llamado a cada familiar para contarles lo que estaba pasando. Después, cada familia decidiría si presentarse como querellante o no. Pero nunca lo hicieron.
-¿Qué mensaje te gustaría transmitirle a la ciudadanía, sobre todo a otras provincias como Santa Fe, donde hubo casos?
-Les diría que, si tienen dudas, si fueron pacientes o familiares de pacientes internados entre enero y mayo, se acerquen al hospital y pidan las historias clínicas. En ellas figura la patología, los estudios, las bacterias y los lotes del fentanilo. Si tuvieron esas dos bacterias, eso ya es una evidencia.
¿Qué te motiva a seguir adelante con esta denuncia y esta búsqueda de justicia?
-Lo único que me queda es esto: seguir hasta llegar a los responsables, sea quien sea. Lo que pasó ya tuvo antecedentes en 2023 con otra madre, Florencia Prieto, que denunció el mismo laboratorio por la misma bacteria. Si en 2023 hubieran hecho lo que correspondía, mi hijo hoy estaría vivo.