Historia de fondo: a 19 años de la desaparición de Darío Jerez, persiste el reclamo de justicia

“Ni siquiera la pandemia hace que cesemos en el reclamo de justicia”. Darío Jerez desapareció en 2001. La familia sigue tratando de saber qué y por qué nunca más se volvió a saber de él.

“Ni siquiera una pandemia hace que cesemos en nuestro reclamo de justicia, de saber qué pasó con Darío, dónde está, quiénes son los culpables y que paguen como corresponde”. Viviana Zubiaurre, junto con sus hijos, vuelve a reclamar justicia por la desaparición de Darío Jerez, como hace 19 años cuando por última vez se lo vio en una esquina de Santa Teresita, el 25 de octubre de 2001.

El caso Jerez es otra de las deudas pendientes de la justicia argentina: después de casi dos décadas no hay ningún rastro que permita conocer cómo y por qué Darío Jerez, luego de tomar algunos pedidos para la distribuidora de alimentos en la que trabajaba, desapareció sin dejar ningún rastro.

En todos estos años se llevaron a cabo dos causas: la principal, por la desaparición, que sigue adelante a cargo del fiscal de Dolores Diego Benzi, y otra por encubrimiento que llegó a juicio oral en 2013. Ese juicio fue anulado y Casación ordenó la realización de un segundo juicio, pero ese juicio nunca llegó a hacerse porque la causa prescribió.

Desde la fiscalía, la investigación insiste en seguir adelante con la causa por desaparición y muerte de Jerez pese a que cada punta de investigación parece terminar en un punto muerto. En agosto pasado la Provincia ofreció una recompensa de 500 mil pesos para quien aporte datos a la causa, pero hasta la fecha no se ha presentado nadie.

“Cada 25 de octubre sacamos hacia afuera nuestro dolor, pero los 365 días lo llevamos con nosotros”, sostiene Viviana Zubiaurre. Es que ha criado a sus tres hijos y ahora a dos nietas en la convicción de la necesidad de buscar justicia. “Hemos aprendido a vivir con esta pena”, dice indicando que “toda nuestra vida, con las cosas lindas y feas que tiene la vida, nos la pasamos viendo de qué manera poder mantener vivo el reclamo”.

En este reclamo, insiste, “tenemos el apoyo de la comunidad, porque no queremos venganza, sólo justicia saber qué pasó, por qué y dónde está”.

Entre los dolores, figura el de la prescripción de una causa, la de encubrimiento, que a su entender se hizo interponiendo “escritos judiciales totalmente inaccesible a un jubilado docente como es mi caso”. Las personas que fueron juzgadas en 2013 estaban ligadas al poder político y económico de La Costa al momento de la desaparición de Jerez.

Convencida del poder de “la justicia social que marca, señala, recuerda”, Zubiaurre marca una diferencia: “lo que para nosotros es vivir con la pena, para ellos será vivir con la vergüenza de no haber colaborado con la justicia”.

Por esa razón, “las veces que me los he cruzado no me miran a la cara y Jorge Grande (ex secretario de Gobierno de la Municipalidad de La Costa en tiempos del intendente Guillermo Magadán) me dijo que iba a venir a mi casa después del juicio y nunca vino. Ninguno volvió a hablar con nosotros, ni siquiera nuestros amigos de entonces Carlos Subirol y Alejandro Muñoz”. “Es sospechoso, siempre hicieron mutis por el foro, y no hablaron ni siquiera en el juicio”.

El tiempo no arredra a la familia de Darío Jerez: “Vamos a seguir todas las instancias que sean necesarias; ahora está trabajando también el CELS  y uno de mis hijos estudió abogacía, se recibió en la UBA para poder desentrañar esta maraña”, concluyó. (Fuente: Entrelineas)