La muerte de Sebastián González, un vecino de 38 años que trabajaba en la Cooperativa Eléctrica de Madariaga (COEMA), sigue envuelta en dudas. Ocurrió el martes por la mañana en una vivienda de la calle Rivadavia, entre Ituño y Maistegui. El hombre murió esposado en un patio y bajo custodia policial, luego de ser reducido por los habitantes del lugar.
La primera autopsia, realizada esa misma noche en Pinamar, indicó que González habría sufrido un infarto agudo de miocardio. Sin embargo, los resultados arrojados por el examen médico no son definitivos.
Por eso, la Justicia decidió solicitar una segunda autopsia, según informó el portal Mensajero de la Costa. Esta vez, a cargo de peritos forenses del Poder Judicial, con el objetivo de obtener una segunda mirada forense que permita despejar interrogantes.
Mientras tanto, la fiscalía espera los resultados de los estudios histopatológicos y bioquímicos, que podrían arrojar datos clave sobre lo que pasó realmente.
En paralelo, las tres personas que habían sido demoradas fueron liberadas en las últimas horas. La causa, por ahora, sigue caratulada como “Averiguación de causales de muerte”.
Desde la fiscalía aseguran que la investigación sigue abierta y que se tomarán todas las medidas necesarias para esclarecer los hechos. (Fuente: Entrelíneas- Foto: Mensajero de la Costa)
